ORGULLO LATINO
Tiempo de lectura: 5 minutosGuillermo del Toro: el director de Hollywood que inspira a los latinos en todo el mundo
En su larga y brillante carrera, el galardonado titán del cine ha recibido merecidos elogios por su trabajo tanto dentro como fuera de la pantalla.
Cuando Guillermo del Toro ganó el Premio de la Academia al mejor director por su película La forma del agua en 2018, se sintió como una gran victoria para México. Miles de personas salieron a las calles a celebrar en Guadalajara, donde nació y creció el famoso director.
El éxito de su obra se convirtió en el principal tema de conversación en el país. Todo el mundo, desde los principales medios de comunicación hasta los chicanos en el metro, hablaban de su película y su carrera.
En México, a Guillermo no solo se le reconoce por sus películas, sino también por todas sus iniciativas para promover las artes y la cultura de nuestro país.
De hecho, ha tenido una influencia tan positiva en la cultura mexicana que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le otorgó un doctorado honoris causa por su contribución al cine.
A lo largo de su carrera, Guillermo siempre se ha esforzado por mostrar su apoyo a las artes. En 1986 cofundó el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, que catapultó la reputación del cine mexicano en todo el mundo.
Además, destaca por mostrar su apoyo a los cineastas mexicanos al animar a sus seguidores de Twitter a ver el trabajo de directores latinos muy talentosos pero menos conocidos y ayudar a jóvenes artistas a cumplir sus sueños de estudiar cinematografía con la beca Jenkins-Del Toro .
La larga y exitosa carrera de Guillermo del Toro
A lo largo de los años, Guillermo del Toro ha participado en una serie de películas de gran escala, desde la alegoría de la guerra civil española El laberinto del fauno (2006) hasta la ganadora del Óscar La forma del agua (2017).
Su amor por contar historias y hacer películas comenzó a una edad temprana. Antes de graduarse de la escuela secundaria, ya había filmado al menos diez cortometrajes.
Guillermo realizó su primer largometraje, Cronos, en 1993. Esta película filmada en español le otorgó el reconocimiento internacional al director e hizo que los productores de Hollywood acudieran en masa para trabajar con él.
Después del éxito de Cronos, Guillermo pasó a escribir y dirigir películas que abordan una amplia variedad de temas, tanto en inglés como en español. Entre sus obras más famosas se encuentran El espinazo del diablo, Mimic, Blade II, Hellboy, Pacific Rim y, más recientemente, una versión única del cuento clásico Pinocho.
Muchos han etiquetado a Guillermo como un maestro de los géneros de fantasía oscura y terror. Si me hubieras preguntado a los diez años, te diría que El laberinto del fauno es la película más aterradora de la historia; sin embargo, esta es una visión demasiado reduccionista.
Si bien es difícil identificar un solo tema subyacente para su vasto trabajo, la mayoría trata con la idea de que las personas están obsesionadas con sus historias y tienen que exorcizar sus recuerdos para vivir de forma plena.
Como parte de esto, los finales característicos de Guillermo, o la forma en que vincula la mayoría de sus películas, generalmente involucran a los protagonistas que finalmente aceptan las historias y los aspectos de sus vidas que encuentran más difíciles de resolver, lo que les lleva a convertirse en mejores personas.
Aunque no estemos al tanto de su intención, sus temáticas resuenan con todos nosotros. Es por eso que Guillermo ha cautivado al público durante tanto tiempo y ha llegado a ser reconocido como un genio del cine.
México: una fuente de inspiración
Los latinos aprecian mucho a Guillermo del Toro por compartir su cultura. El director a menudo se inspira en la cultura mexicana para crear sus películas. En más de una ocasión, Guillermo ha admitido incluir detalles de su infancia en México en sus producciones.
Por ejemplo, la mayoría de las escenas de carnaval en su película El callejón de las almas perdidas de 2021 se inspiran en los carnavales a los que asistió cuando era niño en Guadalajara.
“El acto de la mujer araña lo vi cuando tenía cuatro o cinco años”, comenta en una entrevista para The Guardian. “Tengo una fotografía de mi hermano y yo en un pequeño carro tirado por caballos el día que la vimos. Yo era pequeño, y la impresión que me causó fue muy fuerte”.
Asimismo, el arte mexicano fue una gran fuente de inspiración para Pinocho, su última película en stop motion. “Esas dos figuras tienen mucho de la escultura y la creatividad mexicana”, comenta Guillermo. “Pueden ser un alebrije de Michoacán. Pueden ser un santo tallado a mano en una pequeña iglesia de pueblo”.
Además, la forma en que los personajes lidian con la muerte en la película refleja muchas creencias y simbolismos mexicanos.
“Creo que la capacidad de desplazarse en espacios creativos globales es importante como mexicano, pero siempre debes recordar que tus raíces nunca dejarán de estar en México”, dice Guillermo .
Para su película El libro de la vida, Guillermo también se inspiró en el folclore mexicano. Él comenta en shortlist.com: “En El libro de la vida, quería mostrar el México que no sale de una guía turística, sino que tiene la explosión de luz y sonido que experimentas cuando vas al campo”.
“Hay un folclore increíblemente rico que no se explora a menudo en el cine: tenemos dos personajes sobrenaturales en la película que lo encarnan. Uno es La Muerte, una personificación de la muerte, y el otro es Xibalba, inspirado en la idea del infierno en el sur de México que ha sobrevivido desde la época maya. Es fascinante cómo las antiguas ideas mágicas de la muerte y el más allá se fusionaron con la influencia del catolicismo español”.
En general, Guillermo es una fuente de inspiración para los cineastas latinos. Él es la prueba viviente de que los escritores y directores mexicanos pueden crear mucho más que solo telenovelas y que, sin importar de dónde vengamos, podemos crear historias que resuenen con todos.
Como dijo Guillermo durante su discurso de aceptación del Óscar: “Lo mejor que hace nuestro arte es borrar las líneas en la arena. Debemos seguir haciendo eso cuando el mundo nos diga que las hagamos más profundas”.