ORGULLO LATINO
Tiempo de lectura: 4 minutosCómo la lucha libre está desafiando los estereotipos de género
La lucha libre, la versión mexicana de la lucha libre profesional, ha cautivado a audiencias de todo el mundo durante más de un siglo.
Desde los partidos semanales que se transmiten por Canal 9 hasta la atmósfera eléctrica de la legendaria Arena México, los mexicanos se han criado con una dieta constante de acrobacias de alto vuelo, personajes impresionantes y dramatismo emocionante.
Pero más allá del valor del entretenimiento, la lucha libre es un mundo complejo y lleno de matices donde el bien lucha contra el mal. Como dice el renombrado autor Austin Kleon , el deporte se divide en dos lados distintos: los técnicos (expertos técnicos) que siempre siguen las reglas y los rudos (los rudos) que no tienen miedo de doblarse o, a veces, romperse por completo. las reglas para ganar.
Sin embargo, en los últimos años, la narrativa de la lucha libre ha evolucionado hasta convertirse en una poderosa herramienta para empoderar a las mujeres latinas en la lucha contra la discriminación. Esta transformación ha convertido al deporte en una fuerza de cambio social, brindando una plataforma para que las mujeres desafíen los estereotipos de género y promuevan la igualdad.
El auge de la lucha libre
Su invención se remonta a 1863 cuando Enrique Ugartechea, el primer luchador mexicano, descartó muchas de las reglas y restricciones anteriores del deporte para crear un estilo de lucha más dinámico y emocionante (lucha libre se traduce literalmente como "lucha libre).
La popularidad de la lucha libre se disparó en el siglo XX después de que Salvador Lutteroth fundara Mexican Wrestling Enterprise en 1933. Y, para la década de 1950, los combates de lucha libre se transmitían por televisión nacional, consolidando el deporte como una parte clave de la cultura pop mexicana.
Un luchador que se destacó del resto fue El Santo. Nacido en la década de 1940, rápidamente se convirtió en el luchador más popular y querido de México. Con su máscara plateada y una carrera legendaria que abarca más de cinco décadas, El Santo se convirtió en un símbolo de justicia y bondad, un superhéroe latino para las masas, por así decirlo.
La fama del icónico luchador solo creció cuando protagonizó su primera película, El Santo vs. las Mujeres Vampiro (Samson vs the Vampire Women). A medida que la popularidad de El Santo se disparó, también lo hizo la atención sobre la lucha libre, consolidando el deporte como un tesoro nacional.
Pero El Santo es solo uno de los muchos luchadores que han ayudado a popularizar el deporte.
Mujeres en la lucha libre
Luchadoras (luchadoras) como La Diabólica, Lady Apache y La Amapola se han convertido en nombres populares en la industria, y sus movimientos de alto vuelo y atletismo les han ganado seguidores leales. En 1993, el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), una de las mayores promociones de lucha libre de México, lanzó una división femenina, brindando a las luchadoras una plataforma para mostrar sus habilidades.
En 1999, la AAA lanzó su primer (y único) campeonato femenino: el Campeonato Reina de Reinas o Queen of Queens Championship. Desde entonces, ha atraído a luchadoras talentosas de todas partes.
Pero no fue sino hasta 2018 que México organizó su primer evento de lucha libre exclusivamente femenino, con algunas de las mejores luchadoras de todo el mundo. El evento fue un gran éxito, demostrando la creciente popularidad de la participación femenina en el deporte.
Hoy en día, la lucha libre tiene seguidores devotos en todo el mundo, con fanáticos sintonizados para ver partidos y seguir las carreras de sus luchadores favoritos, tanto hombres como mujeres. Sin embargo, las mujeres dentro del deporte han tenido que luchar contra la discriminación tanto dentro como fuera del ring.
Cómo la lucha libre se convirtió en una lucha contra la discriminación de género
Aunque tradicionalmente se ha considerado un deporte dominado por hombres, originalmente había algunas mujeres que participaban en el cuadrilátero junto a hombres, mostrando su habilidad y agilidad.
Pero esta era de relativa inclusión de género llegó a un abrupto final en 1954 cuando el gobernador de la Ciudad de México prohibió a las mujeres participar en los partidos de lucha libre.
Pasaron varias décadas antes de que a las luchadoras se les permitiera volver al ring, e incluso entonces, enfrentaron una discriminación significativa. A pesar de esto, muchas luchadoras decididas y talentosas continuaron persiguiendo su pasión, y hoy en día son tan admiradas y celebradas como sus contrapartes masculinas.
En Bolivia, un grupo de cholitas indígenas ha emprendido la lucha libre, demostrando que son tan capaces como los hombres y muchas veces venciéndolos con su fuerza y trabajo duro. Estas mujeres son una inspiración para muchos, ayudando a romper barreras y estereotipos de género no solo en el deporte sino también fuera de él.
Lucha Libre: un futuro prometedor para la igualdad de género
Quizás lo más importante es que las luchadoras son una inspiración para las mujeres y niñas jóvenes de todo México y más allá, que enfrentan desafíos y barreras similares en otros contextos. No se puede subestimar el impacto de ver a mujeres empoderadas actuar con fuerza y confianza en un entorno típicamente masculino.
La lucha libre es un ambiente teatral en todos los sentidos: vestuario, luces, música, acrobacias y diálogos entretenidos son parte del espectáculo. Es un lugar donde hombres y mujeres por igual se maquillan, brillan y tienen personalidades exageradas. A medida que el deporte continúa evolucionando, solo podemos esperar que continúe inspirando y promoviendo la inclusión y diversidad de género.
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