
Desde las raíces: Por qué Mayorga representa más que café
Cuando tenía veintipocos años, lidiaba con las complejidades de mi identidad como inmigrante latina, mi deseo de dejar huella en Latinoamérica, lograr estabilidad financiera y la inevitable decisión de fundar una empresa de café de especialidad. Tuve que decidir qué nombre le pondría a esta empresa. Lo pensé, consideré diferentes nombres de marca y, sin duda, decidí ponerle el nombre de mi familia: Mayorga. No se trataba de ego ni de estrategia de marca; se trataba de responsabilidad, orgullo, autenticidad y honrar mi herencia.
Un compromiso con la rendición de cuentas
Crear una empresa en la industria del café significaba más para mí que vender un producto. Quería desafiar un sistema profundamente defectuoso, arraigado en siglos de explotación, desigualdad y desconexión. Al poner mi nombre en la empresa, hacía una promesa. Una promesa a los agricultores con los que colaboraba: que trabajaría con integridad; a mis clientes, que ofrecería calidad; a mis futuros compañeros de equipo y a mí mismo, que nunca comprometería mis valores por la búsqueda de ganancias.
Mayorga no es solo un nombre en una bolsa de café; es el apellido de mi familia, que representa mi reputación y mi legado. Era todo lo que tenía al fundar la empresa y el mayor activo que dejaré a mis hijos: la identidad. Este nivel de responsabilidad me permite no tomar atajos, evitar decisiones difíciles ni olvidar por qué comencé este camino.
Orgullo de mi herencia
Como latino, mi herencia no solo forma parte de mi identidad, sino que es la base y parte de la diferenciación de Mayorga Coffee. Las raíces de mi familia en Nicaragua y Perú, junto con nuestros continuos viajes por Guatemala, Costa Rica y, finalmente, Estados Unidos, me enseñaron resiliencia, la importancia de la comunidad y la belleza de nuestras culturas. Estas lecciones me inspiraron a crear una empresa que empoderara a las comunidades de las que provengo, a la vez que representaba a quienes me habían allanado el camino para alcanzar las increíbles oportunidades que se me brindaron en Estados Unidos.
Nombrar la empresa "Mayorga" fue una declaración de ese orgullo. Fue mi forma de decir que esta marca celebraría las ricas tradiciones, sabores e historias de Latinoamérica. Honraría a la familia, la comunidad y a los agricultores que dedican sus vidas a cultivar un café excepcional, y les brindaría una plataforma para amplificar sus voces.
La autenticidad ante todo
En una industria llena de palabras de moda, promesas vacías y sofisticadas campañas de marketing, quería que Mayorga se distinguiera por su sencillez y autenticidad. He pasado años en fincas, aprendiendo las realidades del café y forjando relaciones genuinas con los productores. Ponerle mi nombre a la empresa fue una forma de demostrar que no se trataba solo de un negocio, sino de algo muy personal.
La autenticidad no se trata solo de palabras; se trata de acciones. Al ponerle mi nombre a la empresa, establecí la norma de que cada decisión que tomamos —desde el abastecimiento hasta la sostenibilidad y el trato a nuestros empleados— debe estar alineada con los principios en los que creo.
Un legado que puedo respaldar
Hoy, cuando veo "Mayorga" en una bolsa de café, recuerdo al joven que se arriesgó, no solo por un negocio, sino por la idea de que el nombre de una persona puede llevar el peso de algo mucho más grande y que nuestras acciones pueden cambiar vidas para mejor. Así que, cuando bebes Café Mayorga, no solo apoyas a una empresa. Formas parte de un legado de responsabilidad, orgullo por la herencia y compromiso con la autenticidad. Eso es algo que vale la pena llevar mi nombre.
Con Orgullo Latino,
Martín Mayorga
Fundador y director ejecutivo de Mayorga Coffee
