ORGULLO LATINO
Tiempo de lectura: 4 minutosEl debate sobre los idiomas oficiales en Estados Unidos
Hoy en día, se hablan más de 350 idiomas en Estados Unidos.
Los argumentos para que el español se convierta en lengua oficial en Estados Unidos son muy convincentes.
Según el Instituto Cervantes, Estados Unidos es el hogar del segundo mayor número de hispanohablantes del mundo, con más de 40 millones. Aunque pueda parecer enorme, esta cantidad no incluye a los millones de personas que han aprendido a hablar español por elección propia. Así, se prevé que para 2050 habrá en Estados Unidos la alucinante cifra de 138 millones de hispanohablantes, más que la población actual de México.
Es más, el número de latinos que se trasladan a Estados Unidos está superando el crecimiento demográfico general del país. Durante la última década, nuestras comunidades se han expandido un 23 % y se trasladan cada vez a más y más estados. En Texas y California, los latinos ya conforman los grupos étnicos más amplios.
En resumen, somos parte importante de la identidad de Estados Unidos y, según la opinión de algunos, merecemos ser reconocidos por ello con la incorporación del español a las lenguas oficiales del país.
Con todo, Estados Unidos es un crisol de culturas, herencias y lenguas.
Aunque el inglés es el idioma más hablado y empleado para la mayor parte de las funciones de estado, se hablan y se usan más de 350 lenguas en los hogares de todo el país, un número que no ha cambiado significativamente desde la fundación del país, cuando se hablaban casi 300 lenguas indígenas en Norteamérica. Solo en Washington D.C., se hablan al menos 168 lenguas, desde el hawaiano al amárico.
El debate del idioma oficial
El inglés ha sido el idioma de facto (aunque no el oficial) desde la fundación de Estados Unidos.
Históricamente, ha habido un movimiento para hacer del inglés el idioma oficial en el país; sin embargo, ha fallado una y otra vez. A principios de 1700, el padre fundador John Adams propuso la idea al Congreso Continental pero fue denegada.
Mucho después, en 1981, el senador Samuel Hayakawa de California presentó la Enmienda de la Lengua Inglesa, que habría impuesto el inglés como lengua oficial de la nación si se hubiera aprobado, lo que no ocurrió.
Posteriormente, se presentaron otros proyectos de ley para hacer del inglés el idioma oficial. Aunque algunos fueron aprobados por la Cámara de Representantes o por el Senado, ninguno llegó a conseguirlo en ambas cámaras del Congreso. Así, nunca se ha convertido en ley.
Aunque parezca ser solo una formalidad, es algo importante. Para muchos, el idioma es una parte esencial de la identidad. Puede moldear las perspectivas y ayudar a fomentar un sentido de comunidad y pertenencia.
Hacer del inglés la lengua oficial del Estado es, a los ojos de muchos, una continuación de la mentalidad colonizadora. En otras palabras, la conquista de las poblaciones angloparlantes sobre los grupos indígenas históricamente marginados.
La solución que algunos han propuesto es hacer que el inglés y el español sean lenguas oficiales conjuntas. Tal como expresa Elena Pérez, una profesora bilingüe de la Escuela Laboratorio de la Universidad de California en Los Ángeles: “la gente habla de cerrar la brecha de rendimiento pero se trata más bien de cerrar la brecha de oportunidades”. Es importante que regresemos al propósito inicial del idioma dual, que es atender a la población marginada.
Aunque quienes comparten estos puntos de vista a menudo tienen las mejores intenciones, las discusiones sobre la incorporación del inglés y el español pierden sentido. Después de todo, durante la conquista, el español también fue impuesto a las poblaciones latinas, lo que condujo a que muchas de nuestras lenguas nativas desaparecieran. Por lo tanto, si el español y el inglés se convierten en lenguas oficiales en Estados Unidos, ¿qué sucede con las 150 lenguas nativas norteamericanas?
Preservar las lenguas nativas americanas
El debate sobre los idiomas oficiales en Estados Unidos es complejo. Es evidente que etiquetar a cada una de las lenguas habladas en el país como oficial no solo ocasionaría una pesadilla burocrática monumental, sino que sería bastante inútil.
De hecho, es por esa razón que Estados Unidos se ha abstenido de declarar cualquier lengua como oficial. Con todo, la discusión acerca de la protección y preservación de las lenguas nativas norteamericanas sigue siendo esencial.
De acuerdo con datos de la Encuesta de la Comunidad de Estados Unidos, alrededor de 350 000 personas hablan estas lenguas nativas en todo el país y conforman casi la mitad de las 350 lenguas que se hablan en total.
Muchas de estas lenguas corren el verdadero riesgo de extinguirse. Las razones de este declive se remontan a la llegada de los primeros exploradores europeos a Norteamérica.
No solo desplazaron por la fuerza a muchos nativos de sus tierras, también los obligaron a asimilarlo a costa de erradicar su lengua y cultura nativas. Tras la anexión de Hawái por Estados Unidos en 1898, se prohibió la enseñanza de la lengua hawaiana en las escuelas durante décadas.
Es importante no enredarse demasiado con la cuestión de la lengua oficial sino reconocer que Estados Unidos está formado por muchas lenguas que deben respetarse por igual. Puede que no sea factible hacerlas oficiales pero es importante reconocer la historia y la cultura de los pueblos indígenas de Estados Unidos y apoyar los esfuerzos para promoverlas y preservarlas siempre que sea posible, ya sea mediante programas educativos, actos culturales u otras iniciativas.