Para los latinos, el sueño americano no es de una persona, es de toda la familia

El concepto de "salir adelante solo" no va de la mano con nuestras identidades y herencias culturales.

Muchas de las personas que emigramos a Estados Unidos somos soñadores: fantaseamos con generar riqueza y obtener oportunidades a las que quizás no hayamos tenido acceso antes.

Esto, a primera vista, nos recuerda a un concepto que se remonta a la década de 1930 y se conoce como el "sueño americano".

Acuñado por James Truslow Adams en su libro histórico, The Epic of America , el sueño americano se centra en la idea de que, con trabajo duro y determinación, cualquier persona puede lograr el éxito y la prosperidad en Estados Unidos, sin importar su origen.

A lo largo de generaciones, se cree que esto ha alentado a millones de latinos a cruzar la frontera desde el sur en busca de mejores oportunidades económicas.

De hecho, según un estudio reciente de Pew Research, los latinos son quienes están más envueltos en el concepto de sueño americano. Aquí, el enfoque está en que el trabajo arduo valdrá la pena y cada generación estará mejor que la anterior.

La diferencia radica en que, mientras otros priorizan su propia prosperidad cuando buscan una vida mejor, nuestra versión del sueño americano tiene una fuerza impulsora principal: la familia.

El presentador de televisión Daniel Ortiz comparte el mismo sentimiento. "Los estadounidenses, en general, valoran mucho el individualismo, los logros y el éxito, a los que a menudo se les da prioridad sobre la familia", dice.

"Los valores fundamentales de los hispanos son los que me gusta llamar las tres F: fe, familia y frijoles. Es decir, nuestra cultura. Para los hispanos, nuestros sueños y nuestra propia identidad involucran a nuestra familia. Por eso, alcanzar el sueño americano no tiene sentido si perdemos nuestra alma latina en el proceso".

La familia es un componente fundamental para los latinos

Para muchos de nosotros, la pertenencia a la familia está arraigada en nuestra forma de vida y se extiende mucho más allá del modelo nuclear de muchas familias estadounidenses.

De hecho, para la mayoría de los latinos, la familia suele estar compuesta por abuelos, tías, tíos, primos e incluso personas que no tienen una relación biológica con nosotros pero son amigos cercanos de un familiar.

Por lo general, los fuertes valores familiares que poseen las familias latinas se han transmitido de generación en generación. Estos valores, junto con los rituales y tradiciones que los acompañan, alimentan aún más la unidad familiar.

Por ejemplo, cuando un miembro de la familia se va de viaje, es probable que se quede en casa de un familiar o con un amigo de la familia (tío o tía). En cuanto a días festivos y celebraciones, sin duda las familias latinas prefieren reunirse para celebrar juntas.

En resumen, hagamos lo que hagamos, ya sea que nos mudemos por un nuevo trabajo o celebremos un cumpleaños, siempre mantendremos cerca a nuestra familia. Esto incluye nuestros sueños y aspiraciones.

Entonces, la idea de que alguien de la familia lo haga todo solo nos resulta bastante extraña y puede parecer, como señala Daniel Ortiz, que nos separamos de nuestra identidad y herencia cultural.

En cambio, es más probable que una persona vaya tras una meta con la idea de derribar barreras para su familia y abrir oportunidades no solo para sí misma, sino para todos en su círculo social.

El sueño americano sigue vivo

El optimismo latino por el futuro se transmite a cada generación. Los latinos de todas las edades continúan tenaces y dispuestos en la lucha por un futuro mejor para su familia.

Los latinos no solo creemos en la posibilidad de un sueño americano, sino que lo estamos impulsando. En la actualidad, superamos a otros grupos en aspectos como obtener títulos universitarios y de posgrado, aceptar trabajos más calificados, fundar negocios y comprar casas.

Además, se ha demostrado que los estados con una mayor densidad de latinos obtienen mejores resultados que los estados con menor población latina en términos de propiedad de vivienda, ingresos agregados y fuerza laboral civil.

Daniel Garza, Director Ejecutivo de la Iniciativa LIBRE, alude esto a que la comunidad latina nunca desiste de alcanzar mayores oportunidades, sin importar de cómo se le llame al proceso:

"La comunidad hispana no solo tiene recursos, también es resiliente y tiene grandes sueños", dice.

"A pesar de esto, las oportunidades no son las mismas que hace 20 o 30 años. Las nuevas barreras a la oportunidad han paralizado a las pequeñas empresas y empresarios de todo el país. Aun así, nuestra comunidad lucha para superar esos obstáculos y encontrar la manera de crear un futuro mejor para ellos y sus familias".

En general, los latinos son humanos resilientes que siempre se esfuerzan por conseguir lo mejor para sus familias. Cada país, cultura y persona, tiene sus propios puntos de vista sobre las promesas y oportunidades que representa Estados Unidos.

Ahora, a medida que los latinos aprovechan esas oportunidades y derriban barreras para los demás, la idea de que hay espacio para que personas de todos los orígenes logremos nuestras metas al salir de nuestras zonas de confort y trabajar de forma ardua es real y sigue viva.