ORGULLO LATINO
Tiempo de lectura: 5 minutosSiete tradiciones festivas populares en América Central
Los días festivos son una oportunidad para reunirse con la familia y permitirse un capricho. Son semanas llenas de diversión caracterizadas por animadas celebraciones locales.
Vivir en cualquier lugar de Centroamérica es una alegría. Tenemos el ambiente perfecto, un clima agradable, comida deliciosa, paisajes llenos de selva siempre verde y, sobre todo, la gente más maravillosa.
De hecho, lo mejor de Centroamérica es sin duda su gente: siempre sonriente y dispuesta a ayudar. Recibimos a los visitantes con los brazos abiertos y los convertimos en parte de nuestra familia en un abrir y cerrar de ojos.
Esa es también la razón por la que las fiestas navideñas son aquí una experiencia inolvidable. Las tradiciones centroamericanas se caracterizan por las vívidas celebraciones. Además, sin lugar a dudas, todo el mundo se toma las fiestas a lo grande.
Aunque hay algunas tradiciones navideñas en Centroamérica que compartimos con otros países, estas siete son únicas para nosotros.
Pasito navideño
Una costumbre común en todos los países es decorar la casa para Navidad pero en Centroamérica tenemos formas muy específicas de darle color y alegría festiva a las celebraciones.
Por supuesto, usamos luces de colores y decoramos árboles de Navidad (aunque en nuestro caso no necesariamente son abetos, pinos o píceas, muchas personas decoran cualquier árbol que tengan en su jardín, incluso palmas) pero a su vez incluímos otros elementos decorativos como guirnaldas, pastoras, muñecos de nieve y figuras de renos.
Lo que marca la diferencia es la decoración religiosa. Muchas casas en Centroamérica decoran sus mesas u otros lugares importantes con una pequeña representación de la Sagrada Familia (o el nacimiento de Jesús, para los cristianos), el famoso pasito navideño.
Es tradición que toda la familia se reúna para decidir cómo ubicar las figuras, recreando la escena con animales, pastores, montañas, lagos, estrellas y cualquier otra cosa que represente el nacimiento de Cristo.
Tamales y pernil
No es ningún secreto: a todos nos encanta comer.
En mi opinión, cualquier celebración importante empieza con un gran banquete y la Navidad no es una excepción.
Ahora bien, la comida centroamericana... ¡vaya! Está llena de sabor, color y, sobre todo, de amor y costumbres ancestrales: secretos culinarios transmitidos de generación en generación.
Aunque muchos países disfrutan de los mismos platos, como tamales, porciones de cerdo asadas u horneadas, pollo relleno y, por supuesto, ponche de huevo, el asunto se vuelve interesante porque cada país lo prepara de forma diferente.
Por ejemplo, los tamales guatemaltecos llevan tomate y chile, mientras que en Belice se rellenan con una mezcla de maíz molido y pollo. Los tamales nicaragüenses, conocidos como nacatamales, son mucho más grandes y suelen servirse como plato principal.
Amigo secreto
Las familias centroamericanas suelen ser numerosas, con muchos niños, tíos y abuelos, por lo tanto, darles regalos a todos puede resultar bastante costoso.
Para hacerlo más llevadero, seguimos la tradición del amigo secreto. Cada persona elige un nombre y compra un regalo secreto para un miembro de la familia o un amigo, y todos los regalos se intercambian en Nochebuena. Siempre es emocionante no saber quién te va a dar un regalo y a los adultos les encanta participar en la diversión.
La excepción a esta regla son los más pequeños de la casa porque, tradicionalmente, los niños reciben muchos regalos: juguetes cuidadosamente envueltos que encontrarán a los pies de sus camas o bajo el árbol de Navidad en la mañana del 25 de diciembre.
Participar en ceremonias religiosas
Somos profundamente religiosos y eso se nota en nuestras fiestas de fin de año. Cada país tiene su forma de expresar estas creencias pero todas comparten una característica común: sin estas fiestas, la Navidad no está completa.
En Guatemala se lleva a cabo La Quema del Diablo, una tradición en la que se queman públicamente figuras que simbolizan demonios para representar la victoria de lo sagrado sobre lo mundano.
En Nicaragua, en cambio, La Purísima se celebra el 8 de diciembre con procesiones.
Costa Rica, Panamá y Nicaragua comparten las tradicionales posadas, fiestas en las que grupos de vecinos se reúnen y van de casa en casa cantando villancicos y compartiendo dulces y bebidas calientes. Personalmente, esta celebración es mi favorita de todos los tiempos.
Disfrutar de las reuniones familiares
Durante las fiestas en Centroamérica, lo hacemos todo en familia, desde comprar los regalos hasta decidir el menú de Nochebuena. Sobre todo, nos reunimos para preparar la comida.
La tamaleada reúne a los miembros más experimentados de cada familia, momento que se aprovecha para compartir conocimientos ancestrales para elaborar este delicioso plato.
Más recientemente, las familias también han empezado a hornear galletas y otros dulces bajo la atenta, y bien informada, mirada de su abuelita.
Fiestas de Año Nuevo con salsa y asada
A los centroamericanos nos encanta la salsa y una buena fiesta, y la Nochevieja nos ofrece la oportunidad perfecta para ambos caprichos. Así que no te sorprendas si oyes música a todo volumen ese día.
Para celebrar el Año Nuevo es habitual preparar carne asada y reunirse con familiares y amigos, ya sea para asistir a la misa de medianoche o para lanzar fuegos artificiales.
Estas tradiciones ayudan a crear un sentimiento de comunidad y alegría porque la gente espera el nuevo año con esperanza y optimismo.
Algunos de nosotros también seguimos una serie de supersticiones, como llevar ropa interior amarilla para tener suerte, limpiar la casa de arriba abajo y quemar trozos de papel con nuestros deseos para el año.
Entonces esperamos a medianoche, momento en el que la fiesta se detiene, y deseamos a todo el mundo un feliz año nuevo. Después, la fiesta puede continuar durante muchas horas más, sobre todo en Panamá, donde es tradición quedarse despierto para ver el amanecer en la playa.
El Día de Reyes
Aunque el Día de Los Reyes se celebra después de Navidad, sigue siendo una importante tradición muy arraigada en el corazón de los centroamericanos, sobre todo en las zonas más septentrionales.
Esta tradición, que rememora la visita de los Reyes Magos de Oriente a Cristo recién nacido, reúne a las familias para elaborar panes dulces de la época y, en ciertas ocasiones, se preparan (de nuevo) tamales y los niños reciben bolsas de dulces.
En el Día de los Reyes también es habitual asistir a desfiles y procesiones en las que participan personas vestidas como los Reyes Magos y sus camellos. Estos desfiles suelen ir acompañados de música y bailes mientras recorren las calles. ¡Es una forma muy divertida de empezar el nuevo año!